Luego de un receso obligado de un año, por la grave pandemia que atravesó el mundo, en junio de 2021 se convocó la XII edición del Concurso Nacional de Pintura del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Por ello, resulta significativo que las obras ganadoras y finalistas puedan exhibirse nuevamente y así compartir el desarrollo de conocimiento desde el arte.

Se ha contado con una gran convocatoria y han sido muchos los artistas que se presentaroncon una excelente producción. En sus diversas obras se observa una tendencia en la pintura nacional que incorpora el uso de otras estéticas y soportes (textil, fotográfica, la del dibujo y otras, incursionando a veces excepcionalmente en la búsqueda de volumen) pero bajo conceptos pictóricos, para innovar con una sensibilidad del siglo XXI, en las maneras de representar y en el sentido que pueda tener el uso del color.

Esto se evidencia, por ejemplo, en la obra de la artista Chonon Bensho, titulada “Inin Paro” (El río de los perfumes medicinales), ganadora del Primer Premio, la cual por medio del dibujo bordado nos sumerge en una poética de los saberes indígenas y su relación con el mundo. Así, Chonon Bensho ofrece una visión sintética y renovada de referencias asociadas a los patrones bordados o kewé del arte shipibo-konibo. En ese sentido, las referencias a las tradiciones amazónicas se re-imaginan según los lenguajes de la tradición pictórica forjada en la idea de las bellas artes. Resulta inevitable que, en las colecciones del BCRP, esta obra genere fricciones críticas con esa tradición de la que se sirve y de la que se apropia. Como resultado, la artista logra un equilibrio perfecto que le permite la creación de una pieza de naturaleza universal. Trabajo que destaca por su elegante estética de rasgos minimalistas. Un aporte que consiste en el conjunto de decisiones tomadas para su ejecución, que transmiten serenidad, aplomo y conciencia absoluta de su posición.

Por otro lado, la pintura “Jueves 17 de abril, 1930” del artista Iosu Aramburu, que obtuvo el Segundo Premio de este concurso, es la contribución de una imaginación abierta a procesar distintos códigos pictóricos de la historia de la pintura occidental del siglo XX. Una obra que vuelve también a la figuración, pero desde la fotografía, tomando inspiración en una de las imágenes de registro del funeral del escritor socialista José Carlos Mariátegui. De esta manera, Aramburu analiza la historia de las imágenes y las reubica en nuestro tiempo. Al igual que Chonon, se percibe en la obra de Aramburu una mirada concreta y el uso de signos iconográficos que lejos de imitar, transfieren una interpretación acorde con la universalidad de la representación.

Ambas obras ganadoras reflejan, de manera muy distinta, una distancia crítica frente a la pintura como medio de expresión de la modernidad, cuestionando, ya sea desde el referente fotográfico o desde procedimientos no-occidentales, la inevitabilidad de la pintura.

Las obras finalistas destacan por la pluralidad de sus propuestas, la calidad técnica que exhiben y la amplitud de sus hacedores al momento de interpretar lo que un concurso “pictórico” significa en el año veintidós del siglo XXI. Los artistas seleccionados presentaron obras representativas de acuerdo con la rigurosidad de sus trayectorias. Por ello, en esta oportunidad se otorgó cuatro menciones honrosas a los artistas Paul Granthon, Alejandra Ortiz de Zevallos, Fátima Rodrigo Gonzales y Raúl Silva.

Las obras finalistas destacan también por el cuidado en el despliegue del oficio (como condición necesaria pero nunca suficiente), pues dicho cuidado viene articulado a determinados conceptos. Ello se observa a la fuerza en algunas obras de los artistas que las hacen en el contexto de un proceso que se activa tanto desde una imaginación situada culturalmente, como desde otra estrictamente personal para trasladarla a la superficie pictórica.

Finalmente, cabe destacar que la vigencia de este concurso es vital para las artes plásticas del Perú, especialmente en el campo pictórico. Muy pocos certámenes nacionales en este rubro alcanzaron la evidente consolidación del Premio del BCRP, que año a año convoca a artistas peruanos con distintos bagajes culturales, mostrando la riqueza de su entorno transformada en propuestas osadas -en algunos casos- y pertinentes en todo sentido, para permitirnos leer la realidad naciona.

El jurado